Estamos en plena época de fiestas, y con motivo de la celebración de la virgen de Guadalupe, los peregrinos que visitan la Ciudad de México detonan pirotecnia, lo cual asusta a las mascotas. Aunque mucha gente podría decir que es una exageración, la realidad es que el sonido de los cohetes sí altera a perros y algunos gatos.
¿Cuáles son las razones por las que tienen un cambio de actitud? No es un comportamiento por “caprichosos” o ser muy consentidos, en realidad tiene una explicación científica.
Audición Sensible
Los perros tienen un sentido del oído mucho más agudo que los humanos. Pueden percibir sonidos en un rango de frecuencia más amplio y a mayor volumen. Los cohetes producen ruidos fuertes y repentinos, lo que puede ser ensordecedor y aterrador para ellos.
Sonidos Impredecibles
Los estallidos de los cohetes son inesperados e irregulares. Esta imprevisibilidad genera ansiedad, ya que los perros no entienden el origen ni la razón del ruido.
Asociación con Peligro
En la naturaleza, los ruidos fuertes suelen estar relacionados con amenazas. Por instinto, los perros pueden interpretar los cohetes como señales de peligro y reaccionar con miedo.
Vibraciones y Olores
Los cohetes no solo producen ruido; también generan vibraciones y olores a pólvora que pueden ser perturbadores para los perros, quienes tienen sentidos muy desarrollados.
Condicionamiento Negativo
Si un perro ha tenido experiencias negativas previas relacionadas con cohetes o ruidos fuertes, es más probable que desarrolle una fobia específica.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros perritos?
Crear un refugio seguro: Habilita un lugar tranquilo y protegido en casa donde el perro pueda sentirse seguro.
Acompañamiento y calma: Mantén una actitud serena para no reforzar su miedo, pero quédate cerca si el perro lo necesita.
Sonidos de fondo: Utiliza música relajante o el sonido de la televisión para reducir el impacto del ruido de los cohetes.
Terapias o adaptaciones: Consulta con un veterinario sobre opciones como feromonas calmantes o medicamentos en casos graves.
Entrenamiento gradual: En épocas de calma, expón al perro a sonidos similares a los cohetes, empezando con volúmenes bajos, para que se acostumbre de forma progresiva.